SEMINARIO 2019:
Sexuación, goce y des-ser del analista
Buenos Aires, 31 de agosto, de 2019
Encuentro Clínico Lacaniano
Asociación Psicoanalítica
Río de la Plata
Acta de Fundación
Nuestra Asociación lleva el nombre de Encuentro Clínico Lacaniano en tanto se sustenta en aquello que Lacan dice en su seminario: “El analista, en tanto no se autoriza más que por él mismo, no puede sino autorizarse por otros también.”[1] En efecto, la práctica analítica se legitima del acto por donde el analista participa de su propia pérdida y de la apuesta de serlo. Desde luego, no sin la dimensión de su propio análisis. Sin embargo, precisa de otro espacio, un marco social, en este caso ofrecido por Encuentro Clínico Lacaniano para dar cuenta de la transmisión y de la formación en la apuesta siempre renovada y singular de ser analista.
El analista no se autoriza de un nombramiento institucional, ni de su analista, ni de sus transferencias. No hay insignia ni título del cual apoderarse o en el cual refugiarse. El analista se autoriza en tanto ofrece de sí. Ni en sí ni para sí. Se ofrece a hacerse autorizar, hacerse tomar por el doble rizo significante del acto y por el mismo acto, perderse.
La autorización nombra el caer, nombra el vaciamiento de ser, el des-ser, nombra el deponer las improntas personales, habilitando un encuentro del sujeto con lo real en la experiencia analítica. La autorización del analista nos conduce de este modo por el sesgo de la transmisión freudiana.
No obstante, la autorización se legitima del análisis del analista: es preciso que aquel se haya ofrecido como objeto de su propio acto, rechazando así la demanda de reconocimiento de ser analista por parte del sujeto, y reenviarlo a su propio deseo.
Es por este sesgo que dicha autorización nombra la Tyche, Τύχη, el hallazgo, la repetición inconciente que retorna y vuelve al sujeto de cara a una decisión. Decisión de habitar un lugar todavía incierto, pero eso sí, no sin la caída, kliné, κλίνη, del analista, cada vez.
Ahora bien, es preciso instaurar el campo del Otro (con mayúscula) desde donde leer los efectos de tal autorización. Ese lugar irreductible de decisión por parte del sujeto no puede abordarse in situ ni en soledad.
¿Qué estatuto tienen los otros en la sociedad analítica?
Del acto analítico resta un a que precisa hacerse pasar por las sociedades analíticas agujereándolas; por las formaciones grupales, sociales y de masa que ellas implican. El a minúscula instaura allí un vaciamiento que pone en suspenso las ligaduras fraternas, libidinales, transferenciales y narcisistas y así, en dicho vaciamiento y por él mismo, lee , en Otro espacio, ahora de formación, las consecuencias del acto que lo causó. La clínica entonces recorta ese punto sensible, objeto a, por donde la sociedad de masa fundada en la identificación entre individuos, se agujerea.
Ahora bien, sociedad y lazo social no son lo mismo. En la sociedad reina la identificación entre sus miembros pero la identificación no hace lazo. El lazo social es aquello que realizan los discursos y no los analistas tomados como individuos. No hay “lazo con otros analistas”, hay lazo de “discurso del analista” con “otros discursos” al que cada quien se remite en tanto concernido por lo real.
Nosotros fundamos Encuentro Clínico Lacaniano con una política que se sustenta en la autorización del analista. Se trata de dar chance a que cada quien, por su apuesta de ser analista y a costa de su ser, pueda volverse un otro para los otros rompiendo así, de cierta manera, los espejismos de unidad grupal y la ilusión de lo que sería una acción conjunta.
Hay un “nosotros” de la agrupación pero también, paradójicamente, hay un cada quien que ha decidido volverse otro para los otros soportándose del discurso.
¿Qué nos concierne? No tanto la supuesta “relación entre analistas” sino el lazo y la letra, la castración y los nombres del Padre, el pasaje de un Otro a otro y de un otro a otro.
¿Qué proponemos practicar? La relación que cada quien mantiene con el psicoanálisis, con su análisis, con la clínica.
Los nombrados subsiguientes fundan con el único compromiso del reconocimiento recíproco del trabajo conjunto respecto de la práctica del psicoanálisis.
Lo hacen con sus firmas:
Bibiana Álvarez Maradini
Ruth Chan
Liliana Chiappini
Agustina Díaz
Cecilia Domijan
Milva Fina
Samanta Foglar
Nora Martínez Ameri
María Fernanda Murzi
Karen Pacheco
María Lía Pereyra
Lucía Macarena Suarez
Belena Tauyaron
Natalia Valado
Maximiliano A. Zarco
[1] Lacan. Seminario Los nombres del Padre . Staferla, la traducción es mía.